Para los conductores, las distracciones en la carretera suponen uno de los mayores riesgos potenciales. Solo un segundo de distracción puede suponer la diferencia entre evitar un peligro potencial y sufrir un accidente.
Aunque muchas distracciones tienen una merecida reputación por su peligrosidad, como enviar mensajes de texto o beber mientras se conduce, otras distracciones no reciben tanta atención. La ceguera por falta de atención es una de ellas.
La Asociación Americana de Psicología analiza la fenómeno de la ceguera por falta de atención. En esencia, se trata de un fenómeno natural que se produce cuando el cerebro de una persona quiere centrarse en una cosa importante a la vez. Esencialmente, apaga la capacidad de realizar varias tareas a la vez o de captar fuentes adicionales de información que ocurren al mismo tiempo.
Esto tenía su importancia en épocas anteriores, como cuando los cazadores necesitaban centrarse únicamente en cazar presas o cuando los pueblos primitivos necesitaban alejarse de las amenazas. Hoy en día, sin embargo, es más perjudicial que beneficioso.
Esto es especialmente cierto cuando se trata de conducir, donde la capacidad de realizar varias tareas a la vez es un componente crucial de la seguridad. Para darse cuenta de todos los peligros y reaccionar adecuadamente ante ellos, un conductor tiene que concentrarse en muchas cosas diferentes a la vez. Esto incluye su velocidad, las condiciones de la carretera, los movimientos de otros coches, el tiempo y mucho más.
Cuando un conductor está hiperconcentrado en una cosa concreta, como el velocímetro o un semáforo en rojo próximo, pierde la capacidad de reaccionar ante cualquier peligro adicional, como un mapache que cruza la carretera de repente. Por eso es tan peligrosa la ceguera por falta de atención.