Muchas personas se dirigen al bar o a una fiesta diciéndose a sí mismas que no conducirán borrachas. Mantendrán la bebida bajo control o, si no, llamarán a un Uber.
Luego, inevitablemente, muchos de ellos deciden que es seguro conducir hasta casa cuando en realidad no lo es. Puede que incluso se arrepientan a la mañana siguiente o durante años. Comprenden que no deberían conducir en ese estado pero, en ese momento, se sienten bien. Piensan que nada va a salir mal. ¿A qué se debe esto?
Es fácil culpar al alcohol, y esa es la causa principal. Puede dificultar el proceso de toma de decisiones. Puede impedir pensar con lógica. Cuántas personas han hecho algo estando ebrias y se han despertado al día siguiente pensando: "¿Por qué demonios lo hice?". Conducir ebrio es sólo un ejemplo.
Los científicos, sin embargo, dicen que profundiza aún más. El alcohol puede afectar a los niveles químicos del organismo. Se trata de neurotransmisores como la dopamina, la serotonina, el glutamato y el ácido gamma-aminobutírico (GABA). Algunos de ellos influyen en tu capacidad de pensar y razonar, mientras que otros te hacen "sentir bien". Suelen mencionarse cuando se habla de adicción y acciones basadas en la recompensa.
En resumen, beber puede cambiar la forma en que estas sustancias químicas se mueven dentro de tu cuerpo, y pueden hacerte sentir invencible. Sabes que no lo eres y que podrías lesionarte o lesionar a otra persona, pero tu cerebro te dice que no pasa nada y que no ocurrirá.
Entender cómo funciona esto puede ayudarte a evitar conducir ebrio, pero otros seguirán haciéndolo. Si uno de ellos te atropella y te hiere, asegúrate de saber qué opciones tiene para obtener una indemnización. Hable con un abogado lo antes posible sobre su reclamación.