No puedes controlar el tráfico. Lo que puedes hacer es conducir de tal manera que las posibilidades de que tu sufrir un accidente de tráfico se reduzcan al mínimo. La conducción defensiva es la mejor manera de reducir su participación en cualquier percance vial. Lo primero que tienes que hacer es ser siempre consciente de lo que te rodea. Escanee el horizonte para detectar a tiempo cualquier posible problema y poder parar a tiempo. Vigila tus ángulos muertos al cambiar de carril. No dependas totalmente del espejo retrovisor para ver la imagen real, sino tómate un momento para mirar hacia atrás antes de girar.
Nunca debe conducir en estado de embriaguez. El acto de conducir requiere atención plena, conducción rápida y movimientos precisos. Todas esas cosas son difíciles de hacer en estado de embriaguez o drogado. También debes evitar conducir si te sientes cansado o somnoliento. No permitas que ninguna distracción en la carretera distraiga tu mente de la tarea de conducir tu vehículo con seguridad a través del tráfico.
Haz todo lo posible por evitar a los malos conductores que pueden causar problemas en la carretera. Si ves un vehículo que circula de forma desordenada, aléjate de él. El mero hecho de estar cerca de él puede exponerte a los efectos secundarios de un accidente. Sobre todo, mantén la cabeza fría. La rabia al volante nunca resulta en nada bueno.
La forma en que te comportes con los demás en la carretera determinará la forma en que ellos se comporten contigo. Procura mantener siempre la calma y ser educado. Mantén una distancia adecuada entre tu coche y el de delante. Usa el cinturón de seguridad en todo momento, reduce la velocidad si hace mal tiempo y recuerda que el exceso de velocidad nunca es una buena idea.