La concentración de alcohol en sangre (alcoholemia) es una de las formas en que las fuerzas del orden determinan quién está demasiado bebido para ponerse al volante. La tasa de alcoholemia también indica el nivel de embriaguez de una persona, que está directamente relacionado con el grado de control que tiene sobre su vehículo.
Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, Efectos de la alcoholemia se agravan con cada trago. Estas son algunas de las formas en que una tasa de alcoholemia más alta puede aumentar el riesgo de accidente.
La mayoría de las personas tendrán una tasa de alcoholemia de 0,05% después de unas tres copas. Aunque sigue estando por debajo del límite legal, una tasa de alcoholemia de 0,05% dificultará la capacidad de conducción de una persona. Esto suele ser más evidente en la mala coordinación, que hace que cosas como la dirección o la señalización sean más complicadas. El conductor también experimentará una disminución del estado de alerta, lo que afecta a su respuesta ante peligros inesperados en la carretera.
Después de cuatro copas, es probable una tasa de alcoholemia de 0,08%. Además de las ramificaciones legales, este nivel de embriaguez puede provocar fallos importantes en la conducción. La percepción y el autocontrol pueden verse afectados, mientras que la concentración y el tiempo de reacción pueden disminuir. El conductor también tendrá dificultades para mantener una velocidad segura.
Con cinco copas, los niveles de alcoholemia pueden elevarse hasta 0,10%. El control sobre el vehículo se deteriorará aún más, lo que pone en peligro a todos los conductores de la carretera. Los conductores ebrios también tendrán más dificultades para tomar decisiones, lo que puede provocar colisiones. También disminuirá la seguridad al frenar y al situarse en el carril.
También es importante comprender cómo afecta el tamaño estándar de las bebidas al grado de embriaguez de una persona. Por ejemplo, el licor es más potente que otros tipos de alcohol, por lo que el tamaño estándar de la bebida de whisky es mucho menor que el de la cerveza. Esto significa que una persona puede alcanzar una tasa de alcoholemia más alta más rápidamente si bebe más de la cantidad estándar.